lunes, 25 de abril de 2011

Mucho ritmo, poca defensa

En un partido loco en el que las defensas no brillaron el Sevilla se llevó los tres puntos que le sirven para acercarse a Europa un año más. Demasiadas internadas hasta la cocina permitió la defensa de Manzano que no está haciendo demasiado por su continuidad. Por cierto, con la victoria de ayer casi se puede entonar lo de "otro año igual". Éxito de temporada no hace muchos años, semifinales de copa, puestos europeo y papel medio decente en Europa, pero paupérrimo resultado para el actual Sevilla. Quizás más de lo que se merece por haber desperdiciado la mitad de temporada. Dos fichajes, solo dos, necesitaba este Sevilla para manejarse un poco mejor que la inmensa mayoría de equipos que rellenan la primera división. Ayer solo estaba uno de ellos. Y bastó para desarmar a un Villareal que piensa más en unas semifinales que en asegurar el pase Champions. Hambre de títulos es lo que tienen los jugadores del Villareal. Esa misma hambre faltaba a primeros de temporada en este Sevilla más acomodado que otra cosa. Si la cosa transcurre de forma más o menos normal, terminaremos un año más en Europa jugando un trofeo "menor" pero que nos abrió la puerta a soñar. Con mucha suerte, el Villareal tiene que perder al menos dos partidos y empatar otro eso contando que el Sevilla lo gane todo, podremos jugar la previa de Champions. Ojo, ya se salió escaldado el año pasado con los fichajes de medio pelo. Este año, parece que se está actuando con celeridad. Esperemos que cuajen. Por cierto, uno se fija en Marchena ayer y recuerda a ese Javi Navarro abucheado en otros campos e idolatrado en la bombonera. Piensa que el Villareal se gastó apenas dos millones de euros por un campeón del mundo, con una edad considerable pero al que le quedan al menos dos años más y piensa en los cinco que costó Alexis, un suplente del Valencia. Marchena salió ayer insultado del Sánchez Pizjuán, pero yo lo querría en mi equipo.

domingo, 17 de abril de 2011

Suicidio en Getafe

Lo de ayer por la tarde no puede tener otro nombre más que suicidio. Jugar contra un Getafe que llevaba cinco derrotas consecutivas con una defensa de cinco hombres y un trivote es demencial. Sacrificar las bandas es algo a todas luces ilógico. El Getafe ganó por que el Sevilla se lo permitió. Más bien Manzano y su testarudez en no querer ver lo que todo el mundo ve. El trivote no funciona. Una defensa de cuatro hombres, con Medel y Rakitic en el centro y por las bandas Capel (¿tan malo es Capel?) y Luis Alberto (¿por qué no, Manzano?) y el Sevilla hubiera jugado como sabe, con velocidad, con un Negredo batallador y no perdido como una isla en medio de la nada, con Rodri de enlace y no corriendo detrás de la pelota como pollo sin cabeza. Pero no. Manzano en uno de esos ataques de entrenador que tienen los condenados decide que la mejor táctica es colocar el autobús en la portería para que el Getafe United (o Bayern de Getafe o el que quiera usted) no marcara. ¿En serio, Manzano? Jugándonos la posibilidad, remota pero matemáticamente posible, de jugar la Champions, ¿te preocupa que el Getafe te marque? ¿Qué pasa? ¿Acaso tenemos que dosificar la plantilla a estas alturas de liga? Yo desde luego no lo entiendo. Como tampoco lo entiende el resto del sevillismo. Pero ojo, que nosotros no tenemos título de entrenador ni estamos en el banquillo. El que sabe de esto es Don Gregorio. Al menos se supone.
Entre usted y yo, para mí que Manzano está ya pensando en eso de para dos días que me quedan en el convento...