He tardado dos partidos en escribir una nueva entrada. He intentado que la rabia no acudiera a estos párrafos y a fe mía que lo conseguiré. Así que no piensen que estas palabras están escritas en caliente. Han sido reflexionadas y examinadas para no caer en la inquina. Y es que estamos peor que el año pasado. El Sevilla se ha mediocrizado en todos sus niveles. Mediocre dirección deportiva, mediocres fichajes, mediocre preparación física y mediocre banquillo.
El Sevilla es un equipo previsible, empeñado en jugar por unas bandas en las que Navas, Perotti o Capel son unos auténticos cracks, pero no dioses. El equipo contrario usa el consabido dos contra uno y voilà, bandas desactivadas. No tenemos equipo para jugar por el centro del campo. Renato, fichado como mediocentro defensivo recuerden, es bueno pero no es organizador y encima tiene cuatro años más de su mejor momento. Guarente por ahora no es ni la sombra de lo que fue, por ejemplo, Martí. Cigarini es una versión descafeinada de Maresca. Zokora es un auténtico pulmón, un acierto de fichaje, pero no es capaz de distribuir juego por que no es su cometido. Jose Carlos puede ser una referencia si Jiménez le diera más minutos. Kanouté está lejos, muy lejos, de su mejor forma. Luis Fabiano, cada vez que juega un partido tras ser suplente es la desidia personificada....Demasiados puntos negativos como para poder sacar algo en claro de este equipo.
Y pasamos al banquillo. Jiménez es un libro abierto. Los cambios son claros ya que son puesto por puesto. Saco a un hombre de banda y entro un hombre de banda. Saco un central y entra otro....No hay cambios tácticos. Solo jugadores. Y eso le puede funcionar a un Barcelona que saca a Jeffren para meter a Xavi, pero no en el Sevilla que quita a Cigarini para meter a Guarente. En el pasado partido contra el Deportivo, a Jiménez le achacaron que hizo los cambios demasiado tarde. Se defendió como gato panza arriba argumentando que lo hablado en el descanso tendría que tener un tiempo de la segunda parte por si se había resuelto o no. Ayer, contra el PSG, realizó los cambios en el descanso. ¿Qué pasa Manolo? ¿Ahora no hay que esperar? ¿O es que la prensa es la que dicta las estrategias? Que si el Sevilla tiene que jugar con dos delanteros o con uno. Que si Jose Carlos tiene que ser titular. Que si Escudé y Fazio no aportan lo de antes....
Por cierto, no me he equivocado echando por tierra los planteamientos de Jiménez aunque ahora se llame Antonio Álvarez. La diferencia que hay es que Jiménez caía mal en la prensa y Álvarez es más conciliador. Pero el juego del equipo es mediocre. Quizás sea problema de la plantilla, del entrenador, del preparador físico o del presidente. O de todos. Pero está claro que Álvarez no parece capaz de solucionar esto y que es más fácil echar a uno que a veinte.
viernes, 17 de septiembre de 2010
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